Helado saludable
Demasiadas veces la palabra “Saludable” se asocia a la alimentación y en particular a los helados; muchos son los reclamos, sobre todo a nivel industrial, de productos que prometen dar y/o conservar la salud del que los consume, a veces con etiquetados engañosos que ocultan algunos ingredientes o que no especifican algunas condiciones que dicho ingredientes producen.
Un sinfín de nomenclaturas (sin azucares, light, dietético, keto, vegan, etc) que se funden y se confunden con el concepto de alimento saludable, que en contrapartida tiene y debe de ser un producto con características bien específicas, científicamente demostradas a través de estudios.
Es un ejemplo evidente la asociación que hay entre Vegano y saludable, con la mayoría de los consumidores que creen firmemente que todo lo que viene del mundo vegetal es sano, cuando realmente no es así; del mundo vegetal pueden llegar tipos de grasa saturada no beneficiosa para el organismo, o azucares con GI medio-alto que afectan al metabolismo en general.
Así que más que nunca es fundamental definir lo que es saludable, admitiendo que luego eso sea posible de conseguir al 100% en un helado.
Para identificar un arquetipo relacionado con la salud, tenemos que remontar a la antigua Grecia, donde la salud se definía con la palabra “Homeostasis”, que suponía un concepto de equilibrio entre el cuerpo y la mente, lo físico y lo psíquico, concepto después plasmado por los romanos, con la definición “Mens sana in corpore sano”; un concepto que reúne obviamente diferentes condiciones, no solo relacionadas con la alimentación.
Un concepto que a nivel alimentario, encaja con la palabra “Metabolismo”, o sea el conjunto de mecanismos fisiológicos que sirven para que el ser humano pueda emplear la energía almacenada en los alimentos, eliminando las partes que no son funcionales a su sobrevivencia.
¿Como entonces los helados pueden ser clasificados como saludables?
Digamos por facilidad que un helado puede ser saludable de dos formas, que también pueden complementarse una con otra, y que son:
1. Forma Indirecta:
Un helado puede ser saludable cuando el conjunto de sus ingredientes no desequilibra el metabolismo en general. Estaremos haciendo un helado saludable, por ejemplo, cuando emplearemos azucares con GI bajo, grasa insaturada, proteínas vegetales y fibras alimentarias.
2. Forma Directa:
Son aquellos helados que, por sus características y presencia de algunos ingredientes particulares, cumplen con funciones específicas científicamente demostradas, en cuanto a optimización de procesos fisiológicos, y prevención y/o curación de proceso patológicos.
En el primer caso, nos limitaremos a buscar y utilizar una gama de ingredientes que no impactan en el metabolismo de los principales macronutrientes, cuales azucares con GI bajo, grasa de tipo insaturado, posiblemente monoinsaturada, proteínas vegetales performantes, y fibras que sustituían a los aditivos clásicos y los agentes de carga con GI alto, como la maltodextrina.
En el segundo caso les daremos a esos mismos productos, una funcionalidad especifica, a través de micronutrientes (vitaminas y minerales), super alimentos y/o productos nutraceúticos, buscando las combinaciones más apropiadas en cuanto a texturas y sabores, y también generando colores estrambóticos y diferentes que la naturaleza nos pone a disposición, para atraer más la curiosidad del público.
Todo eso nos dará la posibilidad de etiquetar nuestros helados haciendo referencia a “Claims” siempre aprobados por estudios científicos, tal y como marca la ley sobre los alimentos funcionales.
Todo sobre el gelato artesanal
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Las causas por las que los alimentos pierden sus propiedades
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